Javier Alfonso
Javi nos cuenta de sí mismo: “Me estreno en el mundo del cómic con CATBETH, de la mano de Aleta Ediciones. No recuerdo la cantidad de grapas que he gastado encuadernando mis propios tebeos desde que tenía cinco años, ni las trilogías (a veces tetralogías) sobre mundos fantásticos con las que me he dejado los ojos. Mi familia aún me guarda cierto rencor por tener que leer esos volúmenes propios de un Alan Moore infantil y cuyas tramas estaban muy cogidas con pinzas, pero con las que yo disfrutaba muchísimo.
En el bachillerato artístico, después de toda una infancia soñando con ser dibujante de cómics, me quitaron las ganas de todo. No obstante, no pasa un solo día sin que necesite coger un lápiz y crear un personaje o una historia.
La publicidad y el diseño me han dado la oportunidad de ilustrar profesionalmente. Mientras tanto, todas esas historias y personajes (unos más rocambolescos que otros) me acompañan cada día y luchan por seguir saltando al papel”.
Pocos autores de la literatura universal puede haber más reverenciables y casi intocables que superen el poder de William Shakespeare. Pues hete aquí a Javi Alfonso, que convierte Macbeth en Catbeth como si fuera lo más normal del mundo, como si ese paso fuera el más cotidiano que se puede dar con los clásicos universales, y transforma una de las grandes tragedias del autor británico en una comedia de gatos, perros y serpientes de las que no dejan títere con cabeza. Lo hace con un toque visual que apunta claramente a lo juvenil, pero en realidad con una base humorística más adulta y hasta cínica de la que en un primer momento podemos ver. No porque se ría de Shakespeare, no, sino porque lo referencia con maña. Atractiva incongruencia, sin duda, que hace que esta revisión animal de Macbeth caiga de pie como los gatos y deje el rato divertido que pretende, aunque su final, con cierta lógica, tenga que abandonar las risas de manera momentánea para abrazar otro tipo de sensaciones